Estas son algunas de las promesas incumplidas, que en otro
contexto no dejarían de ser eso: promesas incumplidas. El agravante de este
panorama en el primer año de gestión Cambiemos es el flagrante incremento de la
deuda externa, no solo a nivel nacional sino también en varias provincias. Solo a nivel nacional aumentó en 50 mil
millones de u$d. Además con una doble problemática, tanto en la composición de la
deuda (cambiar deuda interna, con organismos, por externa) como en aceptar cláusulas o intereses más leoninos.
No estamos en contra de tomar deuda per sé (?), cuando la
misma es para cambiar o diversificar una matriz productiva, sentar bases de
infraestructura para el desarrollo de actividades industriales o mejorar
sustancialmente las condiciones de salud, vivienda o educación de la población.
Lo preocupante en el caso puntual de este año es que la deuda financió la fuga
de capitales y la timba financiera, ciclos que hemos visto repetirse muchas
veces a lo largo de nuestra historia. Y el flujo de la deuda es un tema de
vital importancia, que solo se impone en la agenda cotidiana una vez que explota
todo.
No es Martinez de Hoz. Ni Cavallo. Ni Menem. Ni De la Rúa.
Ni Macri. Es el neoliberalismo.
@Maurelo